En el noroeste provincial, en tierras fronterizas hispano-portuguesas, el río Duero ha excavado profundos valles que tallan el paisaje granítico. Se suceden espectaculares paredes y farallones, permitiendo salvar la diferencia de altitud que separa al río desde la meseta hasta el océano Atlántico.
La calidad medioambiental de estos parajes les ha valido su reciente declaración como Parque Natural. La característica más destacada de este espacio natural es la grandiosidad paisajística de sus escarpados valles. Un espectacular escenario natural artísticamente labrado por los cursos de agua que recorren sus fecundas tierras. Morfológicamente está caracterizado por paisajes graníticos, berroqueños, con grandes desniveles, por los que discurren encajonados el río Duero y sus afluentes Águeda, Esla, Huebra, Uces y Tormes.