En el municipio de Eivissa se ubica la capital, con su impresionante recinto amurallado, que fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, en 1.999. Esta distinción internacional reconoce el valor histórico, cultural y arquitectónico de la fortaleza costera mejor conservada del Mediterráneo. El recinto amurallado está repleto de callejuelas y monumentos, como el Castillo o la Catedral. Un paseo por Dalt Vila permite disfrutar de la impresionante belleza de la Muralla y de las espectaculares vistas de la ciudad y el mar.
En el casco histórico, hoy convertido en un museo al aire libre, se pueden encontrar las huellas de todas las civilizaciones que han pasado por Ibiza, desde los fenicios a los cartaginenes, pasando por los romanos y musulmanes, hasta la conquista catalana en el siglo XIII. La entrada principal al conjunto histórico monumental es el puente levadizo del Portal de Ses Taules, junto al Mercat Vell, aunque hay otros accesos igualmente bellos como el Portal Nou, junto al parque Reina Sofía.
La construcción de la Muralla fue decisión del rey Felipe II, que confirió a Eivissa un papel estratégico en su política de defensa en el Mediterráneo y ordenó levantar la fortaleza para frenar las invasiones y los saqueos constantes de los piratas berberiscos.
Dentro del recinto amurallado se pueden visitar la Catedral, sede del Museo Diocesano; la Iglesia de Santo Domingo, la Capilla de San Ciriaco, la sede del Ayuntamiento, cuyo claustro acoge exposiciones, conciertos y citas culturales de diverso tipo a lo largo del año, y el Museo Arqueológico, que posee un impresionante colección de piezas relacionadas con las culturas que habitaron la isla, desde la Prehistoria hasta la época medieval islámica.
Varias playas, como Talamanca o Platja d’en Bossa, salpican su litoral y en ellas pueden practicarse toda clase de deportes náuticos. Además, el municipio tiene otra playa, Ses Figueretes, accesible desde el casco urbano.
La playa de Figueretas es una playa central situada frente a bloques de apartamentos y hoteles y rodeada por un paseo marítimo repleto de palmeras, que se extiende hacia Ibiza ciudad a la izquierda y Playa d'en Bossa a la derecha.
Playa D'en Bossa
Playa de Talamanca
Una larga playa arenosa con muchas curvas delimita la Cala de Talamanca con el resort pequeño de Talamanca. El agua no es muy profunda. Hay muy pocos espacios con sombra, por lo tanto no olvidar la sombrilla
Desde esta playa todos los hoteles tienen vistas fabulosas de la ciudad antigua, 'Dalt Vila', sobre todo por la noche cuando la ciudad está iluminada, como una reina sentada en su trono frente al horizonte.
Servicios: restaurantes excelentes a lo largo de la playa. Con una amplia variedad en precios y menús. A gusto de todos. Duchas y taquillas en la playa. Vigilantes. No hay zonas de sombra así que lleve algo para cubrirse.
Cómo llegar: Se puede llegar a esta playa con el coche, autobús o una barquita que sale de Ibiza ciudad. Una alternativa es ir a pie desde el puerto de Ibiza hasta Talamanca, se tarda alrededor de 15 minutos.